sexo, cervezas y algunas otras cosas

12.27.2005

Habrán pasado los años...

Yo cada vez tengo más claro que hay cosas que nuncan dejarán de ser como son por mucho que nos esforcemos en convencernos de lo contrario.


O eso decía mi amiga Belentejita. 20 años!! que se dice pronto, pero hace 20 años que somos amigas y no se nos ha pegado casi nada la una de la otra! Y digo casi porque una vez, siendo pequeñas, yo cogí la varicela y ella, siempre tan buena y responsable, venía por las tardes, después del cole, a traerme los deberes y los últimos cotilleos. Tanto vino la pobre que, al final, la que se lo cogió a lo grande fue ella. Y hasta ahí, eso es todo el parecido que compartimos.

Muchas veces, cuando he conocido un par de hermanos / hermanas, no he podido evitar la comparación, igual que le pasa a todo el mundo. Cuando en una familia hay más hermanos, o son chico+chica, esto no sucede, pero si son del mismo sexo... Es inevitable. Siempre hay uno que es más de algo y el otro, de forma irremediable, es justo lo contrario. Supongo que, al no haber una escala de grises, en cuanto uno se acerca más al blanco, el otro planea en picado hacia el negro, aunque juntos, comparados con el mundo, fueran más bien gris clarito. O no?

En fin, todo esto es porque mil veces he pensado que en esto, Belen y yo parecemos hermanas. Ella es alta, rubia, delgada, con los ojos verdes y las cosas muy claras, y con un montón de gente a su alrededor que la mima como si fuera la mismísima semilla de las lentejas de oro.

Yo, en sintesis, soy todo lo contrario.

Y sin embargo, ambas hemos envidiado siempre de la otra aquello que más nos diferenciaba. Yo soy optimista, vital y luchadora, algo descentrada, y siempre con mis mil teorías sobre todas las cosas que suceden en el mundo, siempre buscando el camino..... Ella,... ella ya tenía un camino marcado por la luz de las estrellas cuando nació. Supongo que eso hizo que nunca tuviera que esforzarse por vivir.

Y mientras a mi la vida me fue dando empujones para que tirara para alante, a ella la llevaba en una suave pluma blanca que flotaba en la atmósfera de la inocencia.

Claro que esta es mi visión de los hechos y habrá tantas visiones como gente pudiera verlo, y una más por el que lo vio desde el balcón de su casa que para eso estamos en España y aquí opina de todo hasta el presidente del gobierno. Pero yo, que he vivido la historia desde dentro, tengo para esto también una teoría.

Nosotras, que nacimos el mismo año, en la misma ciudad, en familias muy parecidas, que vivimos hasta los veinte años en la misma calle, fuimos juntas al colegio, siempre en la misma clase y casi siempre en la misma mesa, con las mismas amigas, que en el isntituto nos separaban tres calles y en la universidad nos volvimos a sentar juntas, a estudiar lo mismo y hasta tuvimos algún trabajo y algún chico en común... somos tan distintas como el día y la noche. Hemos sido distintas desde que eramos tan pequeñas que ni nos acordamos y no hay esfuerzo posible que pueda cambiar eso.

Hay cosas que van escritas en nuestro código genético, y cosas de nuestra propia condición física que determinan nuestra personalidad. Cosas que heredamos, que aprendemos e incluso que desarrollamos. Lo que sí tengo claro es que las condiciones externas pueden cambiar y hacer que nos adaptemos a ellas, pero la forma en que nos adaptamos estará condicionada por nuestra propia forma de ser, por lo que ya eramos antes de esa circunstancia.


Esto va dedicado con cariño a Ortega y Gasset ("yo soy yo, y mis circunstancias") y a Belen, porque las circusntancias tampoco han podido hacer que pase lo nuestro.