sexo, cervezas y algunas otras cosas

9.16.2005

Sé que esto no cambiará las cosas pero...

Hace tres años, María y Nacho rompieron su relación por causas que desconozco y, aunque ella empezó a salir al poco con Sergio, un tío como aquél y una relación como la que ellos tenían, es de los que no se olvidan fácilmente. A Nacho le perdí la pista con el tiempo (lástima porque estaba tremendo) pero a ella -que estuvo dos años saliendo con Sergio- la vi alguna vez.

Cuando cortaron, Sergio me confirmó lo que siempre sospeché: que ella en ningún momento había dejado de estar enamorada de Nacho y que eso había dado al traste con su relación. Un par de intentonas, como en "La fuerza del Destino", pero no era su destino, así que lo suyo se rompió y, como Sergio es así, nunca quiso que se volvieran a ver. Él estaba herido, y quiso que ella sufriera también.

Ha pasado el tiempo. Los dos llevan vidas separadas, pero es obvio que ninguno de los dos se ha olvidado del otro. El rencor y el dolor no son precisamente buenos de cicatrizar.

Y sin embargo, ayer ella le mandó un mail para pedirle perdón. Todo el que conozca a Sergio -ella incluída- sabe muy bien que él ni le contestará ni se apiadará de ella, ni sentirá el más mínimo aprecio por su gesto. Más bien todo lo contrario; que se refocilará en saber que ha conseguido vengarse y verla a ella pagando con su propio dolor el dolor que le causó a él. En fin, en el mundo, hay gente así de mezquina. Hay que asumirlo.

Y sin embargo, os cuento todo esto porque me ha abierto una reflexión. Había por ahí una frase que decía:

"Hay tres cosas en la vida que jamás vuelven atrás: la flecha lanzada, la palabra pronunciada y la oportunidad perdida".

Cuántas veces en la vida nos encontramos ante disyuntivas planteadas por el corazón y la cabeza. Por un lado siempre hay un Pepito Grillo que te dice: "no lo hagas.... no te hagas un daño innecesario.... no servirá de nada.... no cambiará las cosas." Y del otro, siempre, un corazón que contesta "¿y si tuviera una mínima oportunidad de cambiar las cosas y la pierdo?"

Don Miguel de Unamuno decía de sí mismo:

"Soy un hombre de contradicció y pelea. Uno que dice una cosa con el corazón y la contraria con la cabeza y que hace de esta lucha, su vida."

Las cosas lo mismo pueden salir bien que mal tanto si haces como si dejas de hacer. La decisión es de cada uno y la solución correcta no existe.

Pero la disyuntiva persiste y el tiempo apremia.

Sé que esto no cambiará las cosas.....

... pero aún así lo hago.

Mil veces. Mil o más, me he planteado en mi vida la misma disyuntiva. Sé que esto que voy a hacer no va a cambiar las cosas -especialmente en cuestiones de sentimientos- pero... lo hago.


Síp, es una de esas actitudes que a veces uno considera defectos y otras virtudes.

Yo, personalmente, con los años he asumido que es mi forma de ser y que ya no me como la cabeza. Lo hago porque me sale de dentro, porque deseo hacerlo y prefiero asumir las consecuencias del acto que de la negligencia. Porque vivir solo se vive una vez y de nada vale protegernos contra el dolor. El dolor llegará de todas formas, así que mi decisión es actuar, vivir a pecho descubierto, y sufrir o llorar cuando sea necesario y sentir que rozas el cielo con la punta de los dedos la rara vez que el corazón le dice a la cabeza: esta vez te equivocaste.

Y quién sabe? si María no hubiera mandado ese mail a Sergio, nosotras no hubieramos reflexionado sobre esto.

Espero que os ayude a lanzaros a la piscina y a disfrutar intensamente cada instante.