sexo, cervezas y algunas otras cosas

5.09.2006

Una casa portuguesa con certeza...

...es con certeza una casa portuguesa.


Para entenderlo habría que estar en Lisboa, morir de melancolía escuchando fados en Alfama, y de la risa en Belem; abrir los brazos al océano en el Cabo de Roca y los ojos al sol en las playas de Cascais y dejar un trozo de corazón, enterrado para siempre en la Quinta da Pena de Sintra.

No se puede volver de un viaje así sin un beso robado, furtivo, en una noche medio loca de una ciudad que vive mirando al mar; sin haber reflexionado; sin haber aprendido; sin haber vivido.

Todos los viajes tienen cosas especiales pero Portugal es uno de esos sitios que no deja a nadie indiferente. Toda la gente con la que he hablado antes y después del viaje me ha dicho con nostalgia en la mirada, que le encantó, o con una pinta de aburrimiento que da ganas de bostezar que le había defraudado.

Para mi, lo reconozco, era una asignatura pendiente, y ahora puedo decir que aprobada con nota. Espero que para vosotras también.