sexo, cervezas y algunas otras cosas

8.07.2006

Si Paula levantara la cabeza...

Si me contaran un cuento, el cuento de este fin de semana, sería aquél de las tres princesas que llorando desconsoladas se escaparon de sus botijas y aparecieron en Jamaica y se pusieron hasta el culo de bailar reagge en la playa.
Este fin de semana he conocido a tres princesas.

Una era Marta, la más jóven, la más real, la de las arterias frágiles y el corazón fuerte. Con apenas dieciocho años, lúcida, brillante, hogareña y rebelde. Marta, te va a ir todo estupendamente. No pierdas esa serenidad.

La otra es Paula y tiene su misma edad. A veces muy dura, otras divertida pero sobre todo alguien con los pies en la tierra. Noble con los que la tratan bien y mala, despiadada, con los que la hieren. Es nuestra mejor amiga, la mejor aliada, la que le sonreirá a la muerte, la que desafiará al viento y la que nunca entenderé por qué no le hacemos caso si en el fondo sabemos que Paula tiene razón. Paula no nos enseña a ser malas; solo a conseguir que nos traten bien.

La última, la más perfecta, la más bella, preciosa, divertida y feliz, y aunque culpable a veces de provocar una pasión desmedida, sexy y explosiva a más no poder. A esa, la he visto de perfil. Estaba todo el tiempo en los ojos de ese príncipe que no la consigue atrapar.

Este finde Verónica y yo nos hemos vuelto a reecontrar con muchas cosas del pasado y aprendido que a veces, cuando menos te lo esperas, encuentras un toro enamorado de la luna, que la luna prefiere a su gitano y que lo de Pretty Woman era solo una peli, aunque a veces esas cosas pasan también en la vida real...