sexo, cervezas y algunas otras cosas

1.06.2006

Los puntos de inflexión

En matemáticas, se entiende que los puntos de inflexión son aquellos en los que el límite de la derivada es igual a cero, o para que nos entendamos los de letras, el punto justo en el que la parábola ni crece ni decrece. No sé si recordaréis a un tipo llamado Gauss que se dedicó media vida a analizar parábolas y estadísticas varias y nos dejó, además de un montón de fórmulas, este bonito dibujo que explica, pese a su simpleza, hasta la ley electoral.



En la vida, el punto de inflexión es más o menos lo mismo. Ese en el que no sabes muy bien qué ha pasado, pero todo ha cambiado, en un mínimo detalle, un instante, un sabor, un olor, una milésima de segundo, y ya no volverá a ser como era antes. Estos cambios son tan sutiles que no siempre se perciben y luego todo se precipita, y la caída es inevitable. Un ciclo acaba y otro empezará pero el comienzo del fin se produjo cuando las cosas iban estupendamente.

En mi vida en particular, he sido consciente de tres o cuatro. Es una sensación extraña, como cuando decimos que ha pasado un angel. Y a veces piensas que es el ángel de la muerte y otras que es el de la vida.

Una de las que más conflictos me causa fue aquella en que, estando Javi, Susana y yo en la cama borrachos perdidos, la oí decir con un tono más allá del mal humor: "joder, podíais cortaros un pelo". Un pelo, no. Me hubiera rapado la cabeza, y la de Javi también, porque aquello nunca se hubiera producido. Por el daño que le hice y que nunca me perdonaré. Hace de aquello dos años y medio y me parece una década. Con ella se fueron muchas risas, mucho cariño, y el sentirme, como nunca antes ni después me he sentido: como una princesa.

Con el tiempo, Javi voló de mi vida, gracias a Dios, y yo aprendí que las cosas pueden ser buenas o malas, pero con respecto al futuro son, a veces puntos de inflexión y otras, solamente parte del proceso de vivir. Y que hay que reirse en esta vida y follar todo lo que se pueda.