sexo, cervezas y algunas otras cosas

3.28.2007

Bond of union


Solo un apunte. Me encanta este cuadro. Lo vi en la exposición de M.C. Escher en la Fundación Canal y desde entonces se me ha quedado, por aquí, dando vueltas...
Es una complicada cinta de Moebio que entrelaza su propia cabeza a la de su mujer. ¿y alrededor? A mi me recuerda a "Máxima velocidad de la Madonna de Rafael", de Dalí, pero esta transmite una sensación de flotabilidad y de paz, aunque también de tristeza, parecida a aquella otra pareja de Millet, la de "El Angelus".

Bueno, me dejo de hacer comentarios de arte tipo me estoy preparando la Selectividad. Solo quería compartirla con vosotros. Espero que os guste.

3.26.2007

grandes regalos, buenos regalos


A lo largo de mi vida he atesorado algunos regalos especiales. Muy pocos valiosos verdaderamente, como los pendientes de brillantes que Castel me regaló para nuestro primer aniversario. Otros, la mayoría, por la historia o el cariño de quién me los regaló.

Guardo tres cruces, una medalla de la Virgen del Pilar del tamaño de una peseta, algunos libros y postales, algunas notas dedicadas, unos cuantos peluches y muñecos, una vaquita con una pata rota, las máscaras venecianas y un espejo con el marco pintado de flores.

Algunos muy bonitos, como esa vela con forma de amantes entrelazados que soportó las inclemencias de un verano en Benidorm y otros raros como un par de calcetines azul turquesa o aquél indignantemente graciosos vibrador de peluche que me regaló un amigo que aún me conocía muy poco.

Siempre es complicado hacer regalos. ¿un servicio o un producto? que diría uno de esos gurús de la publicidad. A mi me gusta regalar tiempo. Tiempo de compartir recuerdos, y mejor aún, de crearlos, de poner a tu disposición mi persona y todos estos años de saber, de sensualidad y de risas que representan mis pocas canas.

Y a veces, cuando puedo, una opinión. Algo así como.. He utilizado mi tiempo de hacer cosas, o de no hacerlas, en pensar en ti, en eso que me contaste que te pasaba y en la solución y creo que tendrías que hacer esto. Palabras, o hechos que te ayudan a dar los pasos difíciles de tu vida, aunque a veces se valoren menos que un par de calcetines turquesa. A veces....

Regalos que cobran importancia con el tiempo, cuando arrecia el invierno y la confusión, y te das cuenta de que es genial tener unos calcetines que se distinguen rápidamente entre todos los demás y de que tienes en la cabeza ya la solución a ese problema al que ni siquiera veías el inicio.

Este fin de semana he regalado un vestido y un tour por el Madrid que adoro. Producto y servicio. Espero que se conviertan en calcetines azules.

3.21.2007

Aunque tú no lo sepas...

Aunque tú no lo sepas, llevo en mi cabeza tus problemas, como si fueran los míos.

Aunque tú no lo sepas, siempre pienso en ti cuando pido deseos a las estrellas.

Aunque tú no lo sepas, aprendi de ti tantas cosas como de los libros.

Aunque tú no lo sepas, nunca dejé de sentirme culpable por aquello que pasó la última vez que nos vimos.

Aunque tú no lo sepas, te he amado y odiado, te he querido desde que nos conocimos y te echaré de menos hasta que volvamos a encontrarnos.

Aunque tú no lo sepas, me arrebujo en la cama y siento tu calor, aún cuando no estas conmigo.

Aunque tú no lo sepas, venías conmigo a cada ciudad que he visto.

Aunque tú no lo sepas, conozco tus secretos, esos que ni siquiera le has contado a nadie y que solo yo he visto...

Aunque tú no lo sepas, tengo una cita contigo en mi futuro.

Y Tú, ese tú que lees esto, no sabes si el tú a quién me refiero eres tú, tú mismo, o es otro. En realidad sois muchos, porque hay muchas cosas que aún no he dicho. Cosas que me callo y que algún día te contaré, aunque tú no lo sepas.




Esta semana he podido ver por fin "aunque tú no lo sepas" y os recomiendo que no os perdais esta interesante y silenciosa historia de secretos que solo se desvelan con el tiempo.

3.07.2007

Santa Felicidad

Hay días que uno tiene que reírse de sí mismo y mejor si lo puede hacer delante de alguien. Hay días que tiene que llorar y necesita más que ser abrazado, abrazar. Hay veces que simplemente necesitamos proyectar nuestros pensamientos fuera de la cabeza y es bueno no contárselos al aire, porque el aire no escucha. Para mi, desde este verano, está Felicidad. Hoy es su santo, por eso quiero contaros esta historia; la historia de mi muñeca...

A 415km de casa, mis padres decidieron establecer nuestra segunda residencia. Lejos de la familia, del pueblo, de los amigos, y del ordenador, nos compramos un apartamento en un pueblo en el que solo conocíamos a los vecinos de arriba y tampoco me caían muy bien. El piso tampoco me gustaba. Estaba lejos de todo y solo podía salir de allí con mis padres. Ir a aquella casa era como un castigo.

Pero en mitad del castigo descubrí algunos placeres realmente singulares, e impagables. En aquel piso mis padres encontraron un momento para relajarse y reír y bromear todo el rato. Yo encontré tiempo para cortarme el pelo, para hacerme amiga del estanquero que me prestaba todas las pelis que yo queria, para cocinar, para escuchar a Manolo Escobar y tomarme un dry martini viendo el sol entrar por la ventana. Y para pasear...

Encontré también una habitación vacía en la que no necesitaba nada, así que no tenía nada. Solo una cama y un cabecero de forja que puse con el tiempo, cuando me enamoré de él en una tiendecita donde no lo buscaba...

Venderla fue una decisión práctica, y vaciarla una labor de equipo. He de decir que esa casa nunca me produjo ningún dolor. Pero como de todas esas paredes entre las que alguna vez has soñado, debes despedirte. Y a veces, merece también la pena aferrarse. En aquella despedida encontré a Felicidad. Era solo una muñeca vieja guardada en un trastero que ni siquiera conocía, pero cuando la llevaba hacia mi coche, me di cuenta de que muchas cosas habían cambiado en mi vida para siempre.

De pronto había cerrado aquél piso donde había encontrado la paz, y el pilar donde empezar a ser la mujer que quería ser, y en el momento más feliz de mi vida, había conseguido desligarme de la tutela de mis padres tanto económicamente, como en el vehículo familiar. Estaba allí porque así lo había querido, había llegado conduciendo mi propio coche y no dormitando en asiento de atrás del familiar de mis padres.

Cuando las setecientas cajas estuvieron acoplados en mi coche, y apenas quedaba sitio para mi, debajo del costurero de palo de rosa que mi madre tampoco quería guardar en el almacen aún quedaba sitio para la muñeca. La senté allí y le puse el cinturón. Fue una tontería como otra cualquiera de las muchas que hago a lo largo del día, pero allí sentadita, con su cinturón abrochado, me di cuenta de que ya no querría bajarla.

Siempre he sabido que un coche tiene que ser reflejo de su dueño, de sus vivencias, de sus viajes, de sus ilusiones, de su frikismo... El primer coche es como el primer amor y en él, había dejado una piña, la manzana y la manta naranja.

El saxo era una nueva vida, y Felicidad, mi nueva acompañante.

En estos meses, ha sido objeto de malos tratos y burla por parte de envidiosos y graciosillos, pañuelo donde secar algunas lágrimas, objetivo de curiosos, que la han observado atentos justo antes de asegurar que yo estaba totalmente pirada y hasta le ha salido un amiguito. Yo, por mi parte, soy muy consciente de que solo es una muñeca, pero no deja de hacerme gracia las pasiones que levanta... En el fondo, casi todos esos quisieran tener también su propia Felicidad

3.06.2007

Cosas que hacen que la vida valga la pena

Ana Belen, protagonista de esta peli, es una funcionaria solterona que conoce a un divorciado en paro cuya ex-mujer celebra la comunión de la hija de ambos en el restaurante chino de su novio, mientras les acompaña de fondo un nuevo programa de radio: "cosas que hacen que la vida valga la pena". ¿La peli?Puro optimismo. ¿las cosas que hacen que la vida valga la pena? Distintas para cada persona, pero con muchos puntos en comú..

Cosas como las sábanas limpias
los domingos en el rastro
el bocata de tortilla en el campo
Olor a hierba mojada
Caminar en invierno sobre la arena caliente
Un primer beso
Un último beso
Volver a ver el almendro en flor
Las reconciliaciones
Las piruletas de corazones
Las confesiones
Ligar con el más guapo de la fiesta
Una visita inseperada
Encontrar 20 euros que no recordabas en el bolsillo de los vaqueros
Que alguien te regale una canción
La sonrisa de tu médico cuando sorprendido ve que te has recuperado milagrosamente
Una reunión familiar
Descubrir un pueblecito mágico en la sierra
Bailar un rock & roll



Puf!! la verdad es que me pasaría la vida haciendo listas de estas cosas, cosas que hacen que la vida valga la pena, pero os dejo la lista abierta para que incluyáis las vuestras propias. estoy deseando oirlas.